“La corrupción se generaliza cuando la impunidad es regla”
De su lucha contra la corrupción escribió un libro que refleja esa pelea y que el viernes presentará en Mendoza como broche final del ciclo Grupo Planeta-Grupo América.
–El libro “Contra la corrupción” es un repaso de los cargos que ocupó y de sus luchas contra irregularidades enquistadas en el Estado ¿qué fue lo más grave que le tocó enfrentar?
–Lo más duro siempre fue descubrir la corrupción en la salud. Por un lado estaban las gerenciadoras de PAMI que actuaban desde la época de (Víctor) Alderete. En su mayoría era gente con muchos contactos políticos que hacían de intermediarios y decidían a qué médico o clínica contratar. Es decir, contrataba a sus amigos y se quedaban con una importante parte del presupuesto, bajo la forma de retorno. Entre los prestadores había uno de apellido Romano que pasó de ser ordenanza en 1989 a manejar millones de dólares en contratos con el PAMI. Él dijo que salía más barato matarme que mantenerme en el PAMI. Después cuando denunciamos la “mafia de los medicamentos” descubrí que los habíamos sacado del PAMI y los teníamos como proveedores en Salud. Es muy grave descubrir que esta gente inescrupulosa hacía negocios con pacientes con enfermedades terminales a los que les vendían medicamentos adulterados.
–Esta gestión ha recortado planes de medicamentos gratuitos por abusos, ¿qué hay que hacer para que la obra social de los jubilados funcione?
–La obra social tiene que funcionar con la vista puesta en los jubilados sin recortarles beneficios y dándoles prestaciones de calidad. Cuando yo dejé PAMI (en 2007) tenía 11.000 empleados y cuando asumió Macri la planta de personal era de 17.000 y muchos eran puestos políticos. Yo creo que el personal de carrera tiene que ocupar lugares de decisión y los empleados tienen que estar para atender a los jubilados. Me parece muy bien la decisión de (Sergio) Cassinotti (director ejecutivo) de reducir 10% el sueldo del personal político que cobraba sumas enormes, porque PAMI se había convertido en la bolsa de empleo de La Cámpora.
–¿La corrupción ha bajado o ha crecido en el país?
–Tenemos un alto nivel de corrupción, que se generaliza cuando la impunidad es la regla y no la ley, eso nos lleva a pensar que la corrupción está estructurada desde lo más pequeño a lo más alto del Estado. Cuando uno ve casos en el país que arrastraron a castas de la política, del sindicalismo o del empresariado, siempre aparece la Justicia lenta, con la cual tenemos una dificultad para que se ponga y encabece el proceso. Tenemos una procuradora general que más que la jefa de la búsqueda de la verdad, es la jefa del encubrimiento. Es una funcionaria identificada con Justicia Legítima, que ha defendido en la causa de “la ruta del dinero K” con un fiscal que está procesado como (Carlos) Gonella, que sacó a (Lázaro) Báez de la carátula por orden, obviamente, de Gils Carbó. Nuestro sistema judicial es sumamente lento y engorroso.
–Cuando intervino el PAMI dijo que Néstor Kirchner le dio libertad de acción y denuncia, ¿hoy dentro de Cambiemos la tiene?
–La libertad es algo que no te otorga nadie. La libertada se tiene o no se tiene. Yo la tengo, pero lo más importante que tiene un funcionario es el “no” y la renuncia. Lo bueno de Cambiemos es que podemos discutir y resolver dentro de la estructura política.
Fuente: Diario UNO