Graciela Ocaña: “Hay gente que cree en los OVNIS, como hay gente que cree en Cristina”
En la Legislatura de la Ciudad. Ocupa una banca desde 2013. En pareja desde hace 20 años con Juan Amado se casaron en 2011, y cuando pueden, juntos practican tai-chi. Rubén Digilio.
-La fuerza del acompañamiento de Cambiemos en todo el país ha sido muy importante y también ha sorprendido a muchos. Me sorprendió que con tanta fuerza la gente haya reafirmado, a pesar de los problemas, esa voluntad de cambio que tiene la sociedad argentina. Vos veías aun en sectores donde no la están pasando bien, que la gente ve que las cosas se hacen, que tienen un montón de servicios que antes no tenían. Uno va al conurbano y ve gente que por no tener cloacas tiene que pagar mil pesos por bimestre o todos los meses para desagotar ese pozo ciego: tener cloacas implica no tener ese gasto; no tener asfalto implica contratar camiones para que tiren algún tipo de piedras para que pasen no ya los colectivos sino una ambulancia o un remís que venga a buscar a la nena que es discapacitada… Dar esos servicios, que lo está haciendo la Provincia, es muy fuerte para ellos.
-Más allá del escrutinio definitivo, ¿pensó que a Cristina le iba a ir mejor?
-Me parece que hizo la peor elección del peronismo en la Provincia, peor que Aníbal, que ya son palabras mayores.
-¿Cómo explica, de todos modos, los votos que consiguió?
-Yo creo que hay gente que cree en distintas cosas. Hay gente, hay sectas, yo sé que los K se van a enojar con esto…Pero bueno, hay gente que cree en los OVNIS, no sé, y hay gente que cree en Cristina. La justifica sin importar lo que hizo. Son como fanáticos, y es muy difícil explicar los fanatismos.
-A usted la votaron más que a Bullrich. ¿Le llamó la atención ese corte de boleta?
-La verdad que sí. Igual, yo creo que los votos no son a las personas, sino a un conjunto que integramos las listas. Y fundamentalmente a María Eugenia. No sé, te digo la verdad, no sé. Yo digo que la competencia era más la otra, la de senadores, los candidatos a diputados, salvo Felipe (Solá) y yo no eran tan conocidos. Tal vez por mi gestión en el PAMI…
-En la campaña hubo algunas expresiones desafortunadas de Bullrich, como cuando dijo “el camino que hemos emprendido todos los días tiene un pibe más que está preso”. ¿Cree que le pudo haber jugado en contra?
-Quien lo conoce a Esteban, como lo conozco yo, desde 2010, sabe que lo único que lo obsesiona y de lo que siempre habla es de darles oportunidades a los chicos a través de la educación. Por ahí fue desafortunado, porque me parece que habló en público como lo haríamos en una cuestión privada, decir “estos pibes”, pero quien lo conoce sabe que él nunca se referiría así a los chicos.
“Cuando María Eugenia me dijo que encabezaba la lista, me puse a llorar: yo nunca había sido primera candidata”
-¿Se lleva bien con Durán Barba?
-Yo lo conocí hace unos años y tenía ese prejuicio de decir “este hombre que cree que desde Ecuador se puede ver la política argentina”. Y ahí me enteré de que había vivido varios años en la Argentina, y me di cuenta de que la conoce muy bien. Con esta campaña he tenido dos o tres reuniones y lo que dice es de sentido común, que no mientan. Si vos hacés política de otra forma, no te va a ir bien.
-¿Les pidió no hablar de economía?
-No, no es cierto. Es imposible no hacerlo.
-¿Con el marketing de la política cómo va?
-Yo no soy una política del marketing. Me gusta hablar con la gente. Por eso me siento muy cómoda con esta campaña, el tomar contacto, los timbreos. Que yo siempre digo “mirá que eso, antes del PRO, lo hizo el ARI”.
-Usted fue un poco la “tapada” en las PASO, la que sacó más votos en Provincia. ¿Cambiará en algo la estrategia de acá a octubre?
-Nosotros vamos a seguir trabajando como lo hemos hecho hasta ahora, que es recorrer, escuchar y dar la cara. Tenemos la gestión de María Eugenia y todo el equipo en Provincia, que es algo que te da mucha fuerza porque podés entrar no con promesas sino con los hechos que se están produciendo.
-¿Cómo llegó la convocatoria de Vidal?
-María Eugenia y yo nos conocíamos por la Legislatura, la política, pero más que nada porque los padres vivían cerca de donde yo viví muchos años en Haedo, y hasta compramos la ropa en el mismo lugar en una época. El año pasado me invitó a almorzar y hablamos de los temas que a mí me interesan, la salud, la tercera edad. Me dijo “yo te voy a invitar a las reuniones de equipo, ¿vos estás dispuesta a venir?”. Pero viste, muchas veces es “después te llamo”… Pero María Eugenia me llamó, participé en varias reuniones, me permitió sumarme a ese equipo.
“No me arrepiento de haber estado en el PAMI de Kirchner: no se hubiera descubierto la mafia de los medicamentos”
-¿Esperaba la candidatura?
-La verdad que por ahí la candidatura, porque María Eugenia me dijo “a mí me gustaría que nos ayudes en la Provincia también electoralmente”, sí. Nunca esperaba el primer lugar. Y bueno, cuando me llamó y me lo dijo, la verdad es que me puse a llorar, porque nunca había sido primera candidata.
-¿Importa electoralmente la corrupción?
-Yo creo que importa, porque la gente percibe que el asfalto que no tiene, el agua corriente que no tiene, las rutas que no se hicieron, ese dinero que falta es lo que se robaron.
-¿Es posible bajar los niveles de corrupción o ya es como si estuviera en el ADN?
-Yo creo que la corrupción es estructural al ser humano, no es que los alemanes sean buenos porque tienen un gen bueno…Es que hay justicia. Acá lo que hay es que a la corrupción se le sumó la inacción de la Justicia y eso generó la impunidad. Necesitamos que la Justicia funcione, que quien sea responsable vaya preso y que quien no sea declarado inocente y que también se recuperen los fondos robados, que los organismos de control ejerzan su rol…Este tipo que no pudo entrar como Procurador porque falseó el currículum, Reposo, ¿dónde terminó como premio consuelo? En la SIGEN, que es el organismo de control del Presidente, que controla todas las áreas del Estado. No somos personas que vivimos al margen de la ley. Es cierto que hay una economía informal, que hay que discutir los impuestos porque hay una presión impositiva muy grande, creo que hay que hacer un ajuste sobre la política también. Se terminan utilizando las estructuras del Estado para financiar la política. Se puede trabajar en eso y creo que el Gobierno lo está haciendo. Todas las licitaciones de obra pública, que el propio Presidente lo ha contado, están entre un 30 y un 50% a menor valor de los precios históricos que se pagaban por esas obras.
-Esta campaña volvió a reunirla con Carrió. ¿Cómo fue aquella pelea, en 2004, cuando usted asumió en el PAMI, con Kirchner?
-En realidad ni siquiera fue una pelea. La verdad es que yo sentí que tenía que aceptar porque muchas veces nosotros decíamos que para cambiar las cosas había que meterse en el barro y tratar de modificarlas. Yo lo entendía así, y tenía que hacerme cargo si quería mostrar que se podía gestionar de una forma distinta, y una institución como el PAMI siempre estaba ligada a la corrupción. Me animé a hacerlo, me costó mucho y fue una decisión individual, siempre dije, de no involucrar al partido, el ARI. Cuando llegué al PAMI había muchos problemas prestacionales e impulsamos cambios que ayudaron a mucha gente. Aún hoy me dicen “una vez te pedimos y nos resolviste un problema”.
-Carrió lo sintió como una traición.
-Exactamente. Pero no tenía que ver con una traición a ella. Yo nunca he hecho política, ni he trabajado para perjudicar a otro. Igual en un momento, cuando recibí por parte de Moyano… ahí cuando aparecierorn en Suiza las cuentas de Covelia y todo eso Lilita me llamó y me dio todo su apoyo.
-¿Se restableció la relación que tenían?
-No, no, porque, digamos, éramos amigas.
-¿Nunca tuvieron “esa” charla que permite limar asperezas?
-No, no la hemos tenido. Quizá nos la debemos. Yo siempre he tenido mucho respeto por ella y estoy convencida de que siempre hemos dado, por ahí en distintos lugares, las mismas peleas, y eso es lo bueno, ¿no?
-Más allá del reconocimiento de la gente, ¿se arrepiente de haber formado parte de los gobiernos de Néstor y Cristina?
-No me arrepiento porque si no hubiera aceptado no se hubiera descubierto la mafia de los medicamentos, la de la efedrina y otras cosas que denuncié y ayudé a descubrir. Hice las denuncias estando en el gobierno. Estuve del 2004 al 2007 en el PAMI y un año y cinco meses en el Ministerio de Salud y después me fui a mi casa. Y estuve tres años trabajando en el sector privado. Al principio fue duro porque, bueno, había mucho miedo a contratarte. Los K en eso eran tremendos.
“Nunca restablecimos con Carrió la relación que teníamos, porque éramos amigas. Quizás nos debamos una charla”
-¿No la sorprendió, después de las denuncias que había hecho, que Cristina le ofreciera ser ministra de Salud?
-No. Yo creo que Cristina quería llevar adelante algunas reformas, y después el gobierno se complicó mucho con el conflicto del campo, y de esa mujer que quería ser una presidente igual para una sociedad como la de Alemania, terminó perdiendo la brújula de su propio gobierno. Y las cosas que quería hacer en salud después no las podía ni las quería hacer porque era ir contra parte de sus socios políticos, que eran dirigentes sindicales como Zanola, que yo lo mandé preso con la mafia de los medicamentos y que había sido uno de los financiadores de su campaña.
-¿Usted cree que ella tenía buenas intenciones, o era una actuación?
-Hoy puedo decir que creo que era una actuación y no tenía ninguna voluntad de hacerlo, pero en aquel momento ella misma lo decía, aunque después en su biografía dijo que se arrepintió de haber nombrado a dos personas, a Martín Lousteau y a mí. Es una pena, porque pensé que se iba a arrepentir de haber nombrado a De Vido, López, Jaime, pero no, evidentemente no.
-¿Qué señalaría como fortalezas y debilidades en el gobierno de Cambiemos?
-Como fortalezas, el apoyo de la gente a la idea de poner fin al pasado, y una serie de medidas duras, pero que también eran necesarias, como las tarifas, que en el mediano plazo van a tener mejoras. Argentina dejará de importar miles de millones de dólares en gas y eso se podrá dedicar a desarrollo; y las obras públicas que se están haciendo.
-¿Hay algo con lo que no esté de acuerdo?
-Con el tema tarifas me parece que hay sectores que aún necesitan mayor protección. Creo que con la tarifa social a veces hay mucha rigidez en algún área, como Energía.
Penas muy intensas y una carta que cambió su vida
Dos veces se emocionará a lo largo de la entrevista. Habrá lágrimas cuando hable de su padre, y también al evocar a su hermano. Y es que no la tuvo fácil Graciela Ocaña: su madre murió cuando ella tenía cinco años, dando a luz a ese hermano que, a pesar de su pelea y sus ganas, no pudo contra el cáncer y la dejó, el anteaño pasado, fraternalmente huérfana. A la primera orfandad, la materna, siguió el alejamiento de su progenitor. Con la voz quebrada dirá hoy, en el despacho de la Legislatura porteña que ocupa desde 2013, “mi papá no pudo soportar la muerte de mi mamá y nos dejó. No vino a vernos por varios años. Después volvió, pero yo estaba enojada con él, con el mundo, con Dios, con todos. Cuando murió mi abuela me analicé muchos años y el análisis me sirvió, pudimos retomar, y eso también a mí me ayudó a superar una etapa, porque eso de estar enojados no sirve”. Y tanto no sirve que incluso agregará, hablándole ¿a la vida? “me quitaron a mi madre pero soy una agradecida, porque tuve a mis abuelos”. Después de haber criado a ocho hijos, María y Eduardo, inmigrantes, se dedicaron a educar a su nieta. La tía Ema se hizo cargo del varón. “Eramos muy humildes. Mi abuela era analfabeta; mi abuelo, jardinero. Teníamos el amor, el afecto…”. A la primaria en el colegio de monjas “que mamá hubiera querido, los esfuerzos que hacían para pagar esa cuota”, siguió el Normal de San Justo, con una beca de la municipalidad y ciertos devaneos, caseros, con el periodismo. “En mi casa se compraban diarios y yo jugaba a leerlos como periodista. Era la época de Mónica y César”,evocará, mate en mano. Después de cursar unas materias de Derecho, trabajando para mantenerse, “con mi abuela enferma y abuelito ya fallecido, en un momento de mucha crisis personal” la vocación se impuso: junto con la carrera, Ciencia Política, llegó también cierta distensión que no había habido previamente, bailes, recitales, y, autoexigente, el título en cuatro años y medio.
De perfil bajísimo siempre, su arribo a la política fue, casi, producto del azar. “Le escribí una carta a Chacho Alvarez, porque era un dirigente que me gustaba; ingresando con el menemismo, al poco tiempo denunció la corrupción”. Para su sorpresa, Chacho le respondió y ella, que trabajaba por entonces en comercio exterior en el sector privado, empezó a colaborar ad honorem con él. Al armar las listas de diputados del Frepaso, en el 99, quedó 18: la necesidad de cumplir con el cupo femenino la dejó en el 16. Así entró a la Cámara, y a su nueva profesión. Un poco antes había llegado a su vida Juan Amado, psicólogo, hoy jubilado, con quien se casó en 2011. Excelente cocinero, “muy compañero”, y estudiante de saxo –“se lo regalé cuando cumplió 70”-, con él disfruta escuchar música en casa, con las caniches Mimí y Caty y practicar, cuando puede, tai chi en Parque Rivadavia: “Me despeja, me reenfoca”, explica, mientras se lamenta por los 3 kilos que ganó en la campaña. ¿Fue una decisión no tener hijos?, se le pregunta. “Una decisión personal, soy medio obsesiva y lo que hago lo hago con mucha pasión, o una asignatura pendiente, nunca pude quizás resolver parte de mi historia”.
Al explicar el apodo de “hormiguita” con que se la reconoce, dirá: “Me lo puso Lilita cuando estábamos en la Comisión de Lavado. Decía ‘venís con las pruebitas’; le hacía acordar, en el Chaco, a las hormigas que ella veía trabajando”. Y las que, en su ámbito, según los expertos, “protegen a la comunidad”.
ITINERARIO
Nació en San Justo (Buenos Aires) el 16 de septiembre de 1960. Se graduó en Ciencia Política en la Universidad Kennedy. Fue electa diputada nacional bonaerense por el Frepaso en 1999 y reelecta por el ARI en 2003. En enero de 2004 asumió como Directora Ejecutiva del PAMI en el gobierno de Néstor Kirchner y en 2007, con Cristina Kirchner, como ministra de Salud de la Nación, cargo al que renunció en 2009.
En 2011 fue electa diputada nacional y actualmente es legisladora de la Ciudad. Estuvo al frente y forma parte de la Fundación Confianza Pública. Está casada con Juan Amado.
Al toque
Un proyecto: Que el de la tercera edad sea un tema de agenda pública nacional.
Un desafío: Aprender piano o patín.
Un sueño: Que la Argentina baje la pobreza y marginación.
Un recuerdo: El de mi mamá.
Un líder de hoy: Mandela.
Un prócer: Belgrano y San Martín.
Una sociedad que admira: La uruguaya.
Una persona que admira: Mi hermano, que murió en 2015 por un cáncer, Hodgkin, y me mostró cómo se puede luchar, y con qué dignidad afrontar una situación tan difícil.
Una comida: Pasta y asado.
Una bebida: Vino blanco y Coca light.
Un placer: Estar en casa con Juan, mi marido, y con mis perras.
Un libro: “Sobre héroes y tumbas”, de Sabato.
Una película: El Padrino.
Una serie: Un gallo para Esculapio.
Fuente: Clarín
https://www.clarin.com/politica/graciela-ocana-gente-cree-ovnis-gente-cree-cristina_0_S1IVlD1Y-.html