En el año 2013 denuncié al teniente general César Milani por violación de los deberes de funcionario público, enriquecimiento ilícito, falsedad u omisión en las declaraciones juradas patrimoniales que deben presentar los funcionarios públicos.

El 27 de junio de 2013, Milani fue designado comandante en jefe del Ejército, a pesar de las fundadas sospechas que se han planteado sobre su participación como presunto represor durante la última dictadura. Además, ha falseado u omitido consignar datos fundamentales vinculados a su patrimonio en las declaraciones juradas que está obligado a presentar. Sus declaraciones juradas anuales de 2010 y 2011 presentan graves omisiones e inconsistencias. En efecto, reconoce en su primera declaración que la única fuente de sus ingresos, desde que forma parte del Ejército Argentino (año 1973), son los sueldos que ha percibido por desempeñar distintos cargos en la fuerza, y que en ese período han alcanzado la suma de 168.938 pesos. Asimismo, también admite que el día 10/6/2010 adquirió un inmueble en la localidad de San Isidro, provincia de Buenos Aires, valuado (según él) en 1.500.000 pesos. Sin embargo, de su declaración no surgiría de qué modo pudo pagar esa cifra, ya que aun suponiendo que hubiese destinado todos sus ingresos anuales (168.938 pesos), más dos aparentes préstamos tomados al Banco Nación y al IAF por un monto similar (166.350 pesos), más sus ahorros en moneda nacional (47.852 pesos) y en dólares americanos (4.177 dólares), estaríamos en una cifra cercana a los 400 mil pesos, bastante inferior al millón y medio que jura haber pagado.

Tampoco le hubiese alcanzado con los 800 mil pesos que dice haber recibido por la venta de un inmueble en el barrio de Belgrano de CABA, aunque este dinero lógicamente no se podría computar a la compra de la casa de San Isidro pues lo recibió (siempre según la manifestación jurada de Milani) cinco meses después de aquella adquisición (16/11/2010). Tal fue la incongruencia, que la Oficina Anticorrupción le requirió una “aclaración” sobre el origen de los fondos supuestamente aplicados, y por escrito Milani habría aportado más datos que en lugar de aclarar, oscurecen su situación.

En su declaración reconoció que:

1) En la declaración jurada patrimonial integral del año anterior (2009), había incorporado ahorros en dólares, depósitos a plazo fijo en dólares y tenencia de efectivo en dólares por casi 67 mil unidades de dicha moneda.

2) A lo que debían sumarse 62 mil pesos de dinero en efectivo.

3) Y aproximadamente 33 mil dólares omitidos en esa declaración del año 2009.

4) Obtuvo “préstamos” (no se sabe de quién) por aproximadamente 183 mil pesos.

5) Recibió otro préstamo personal de su hermano por 32.500 pesos.

Fue beneficiado con un último préstamo de “un amigo personal” (a quien no identificó) por 30 mil pesos.

La suma percibida por el Sr. Milani en concepto de salarios netos durante los últimos 10 años, arroja un total de pesos un millón trescientos veintiséis mil quinientos quince ($ 1.326.515). Si a ello le detraemos: los créditos pagados para comprar su primera vivienda, las mejoras realizadas a la primera vivienda según su DDJJ, la compra de uno de sus automóviles en el año 2009 (Honda Fit) y la diferencia abonada para adquirir su actual vivienda en La Horqueta, Partido de San Isidro, deberíamos restar a la suma percibida por salarios, novecientos sesenta y un mil pesos ($ 961 mil).

Por lo cual, de lo que desprende del análisis de las Declaraciones, el general Milani ha mantenido, durante los últimos 10 años o 120 meses, a su familia con  trescientos mil pesos ($ 300 mil).

Al ser una cifra irrisoria, no sería extraño, entonces, que haya recurrido al auxilio de testaferros, y en este rubro, familiares o amigos más cercanos se llevan las palmas.

El general Milani tiene tres hijos y no deja de ser tan extraño como sospechoso que los tres aparezcan conchabados por el Estado nacional, en áreas donde su padre tiene o tuvo vínculos funcionales: los Ministerios de Defensa y Seguridad de la Nación.

Uno de sus hijos, César Gerardo del Corazón Milani, 28 años, primero fue contratado en el Ministerio de Seguridad, en el área Logística (que es aquella que interviene en las compras del organismo), y a partir de junio de 2013 habría sido incorporado a la planta permanente.

Ana Verónica del Carmen Milani, 31 años, inscripta como monotributista en la categoría “B” (quienes declaran ingresos anuales hasta 24 mil pesos), fue contratada en marzo de 2011 en el Ministerio de Defensa, a partir de una excepción a las normas vigentes, pues no habría reunido los requisitos mínimos establecidos para el acceso a los distintos niveles del Sistema Nacional de Empleo Público (Sinep). Y la excepción luego se convirtió en regla, pues fue incorporada por 180 días a la planta permanente del Ministerio mediante decreto 68/2013 del PEN.

María Julieta del Milagro Milani, 30 años, integraría desde 2008 la sociedad Arca Difusión SA, y habría ingresado en el mismo acto que se aceptó la renuncia de la presidente del Directorio, Liliana Amalia Manzure, mujer que al frente del Incaa ha ido sumando denuncias en su contra por diversas irregularidades en el manejo de fondos públicos. Y al igual que su hermana Ana Verónica, también habría obtenido una contratación de excepción con el Ministerio de Defensa, por no reunir los requisitos mínimos para acceder al empleo público. Ello fue posible gracias a la decisión administrativa 127/2011, de la Jefatura de Gabinete de Ministros del PEN, de fecha 31/3/11, publicada en el Boletín Oficial del 4 de abril de 2011, número 32.122, página 3.

*Licenciada en Ciencias Políticas.

Fragmento del libro Contra la corrupción, editorial Planeta.

 

Graciela Ocaña